jueves, marzo 23, 2006

Prendes la luz
y sólo encuentras el suspiro
de las letras
que deambúlan en los pasillos
de mi soledad.

Calumniando oportunidades
bañadas de ocre
y la vista peregrinando
en la periferia de una
insurrección vácua.

Corrompiendo deseos
que se agotan con el paso de los evos
esperando que ese tiempo
consuma cada uno de mis sueños

Prendes la luz
y el emblema de mi rostro
no ejecuta más que un
lánguido y sombrio
suspiro intermitente que
fallece ante la deslealtad
perfídia y alevosía
de tus actos humanos
que siempre rondaron por la mente.

Prendes la luz
y solo basta aceptar
la corporeidad de aquello
que no está.

Prendes la luz
y el caos encontrado
sublevado, subyugado
me mata al pensar
que no te puedo olvidar.

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